EL FERROCARRIL
El Ferrocarril Vasco-Navarro se empezó a construir a finales del siglo XIX, en su trazado desde Vitoria hasta Bergara. Entre 1920 y 1929 se construyen los 69 kilómetros de la línea que unió Vitoria con Estella
En 1929 se finalizó el tramo Vitoria - Estella, que se inauguró ya electrificado.
La mejora de las carreteras y la apuesta del transporte de mercancías y viajeros por otros medios de transporte hicieron que la vida del ferrocarril fuese corta.
El 31 de diciembre de 1967 salió el último tren de esta línea férrea poniendo punto final a su explotación comercial. Las instalaciones quedaron abandonadas y se procedió al desmantelamiento de las vías y catenarias. Los edificios pasaron a realizar diferentes funciones, algunos no fueron recuperados y terminaron destruidos y otros fueron sustituidos por viviendas.
LA VIA VERDE
Tras unos años de abandono, se fueron recuperando tramos aislados del antiguo trazado, hasta convertirse en la Vía Verde que es hoy en día.
De todo el trazado se ha recuperado una pequeña parte en la salida de Estella hasta Zubielqui (unos 3km), y el tramo comprendido entre Murieta y Antoñana (Álava) (24 km. aprox.)
El trazado de esta vía es prácticamente llano, perfecto para ciclistas, y apto también para niños. El firme es de tierra combinado con asfalto en algún tramo. Según las zonas, hay tramos exclusivamente reservados a peatones-ciclistas, y otros mixtos, es decir, compartidos con el tráfico rodado, aunque no hay una circulación excesiva. Algún coche que va a las granjas de la zona, o agricultores que van a sus fincas.
Hay paneles informativos y áreas de descanso a lo largo del recorrido.
A lo largo de todo el camino iremos viendo las antiguas estaciones y edificios relacionados con el ferrocarril, unos restaurados, y otros en ruinas.
Si vamos hacia el Este, salimos de Ancín, pasando junto al cementerio y tenemos una larga recta que, dejando Mendilibarri a la derecha, llega hasta Murieta, a 3 kilómetros
Si salimos hacia el Oeste, dejamos a la izquierda la antigua estación del ferrocarril, hoy restaurada y sede del Ayuntamiento de Ancín.
Un poco más adelante, nos encontramos con la torre del agua. Con sus 12 metros de altura y su fisonomía de planta cuadrada y sillar, recuerdan que esta construcción sirvió para contener más de 2.000 litros de agua que servían para refrigerar los reactivadores eléctricos de la estación. El edificio junto a ella es la antigua Subcentral Eléctrica “Burba”, que hoy alberga las piscinas municipales.
Entre Ancín y Acedo (5km), vamos por largas rectas, con abundante vegetación a ambos lados del camino, cruzando el río Ega, y un pequeño túnel. Si nos fijamos a la derecha a la altura del cruce con el río, podemos ver las ruinas del Caserío de Granada, con su subcentral eléctrica.
En Acedo hay un tramo de unos 300m sin recuperar, y hay que salir a la carretera, a la entrada del pueblo, pero está bien señalizado. Una vez en el pueblo, se enlaza otra vez con la vía.
Más adelante, nos encontramos con uno de los lugares más característicos de la vía. El túnel de Arquijas, de algo más de 1400m de longitud. No hacen falta linternas, ya que tiene un sistema de iluminación con placas solares y detectores de movimiento. Según vamos avanzando, se van encendiendo las luces.
Nada más salir, nos encontramos con un apeadero, en ruinas, y llegamos al viaducto de Arquijas, de unos 30 metros, que pasa por encima de la carretera y el río.
La vía sigue hasta pasar por Zúñiga, último pueblo de Navarra, y llega a Santa Cruz de Campezo, acabando en Antoñana (ambos pueblos ya en Álava)
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Texto y fotos: Isaac Corres